viernes, 9 de mayo de 2014

tan venezolanas...


Como buscando lo que no se le ha perdido. Una señora que vende belleza no tan bella. Disfrazada de marcas y tintes de esos que vende, pero mucho menos glamurosa. Agachada pues, limpiando pies con mechas californianas y celulitis muy poco estética... Busca y sigue buscando, jurungando, con la insistencia de una caza fortuna, para terminar con un cuerito, un pellejito que es como la recompensa del arduo trabajo. Y la jornada tuvo fin, entre conversas banales y llenas de datos sin la mayor importancia, terminando claro esta bellas, vacías y limpias. ¡Sin medio!

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